El domingo 20 de febrero celebraremos el IV domingo de San José previo a su festividad del 19 de marzo, en esta ocasión meditaremos sobre la profecia del profeta Simeón a las 18:50 horas y asistiremos a la Eucaristía de 7 de la tarde en la Iglesia Mayor Parroquial.
José y María llevaron a Jesús al templo de Jerusalén para cumplir con el rito de la purificación después del nacimiento. En ese lugar conocieron a Simeón, un anciano a quien Dios le había dicho que no moriría hasta que viera al Mesías. Simeón era profeta. Cuando José y María estaban en el templo Simeón fue llevado por Dios para que conociera al niño, Simeón tomó al niño en sus brazos y dijo: "Señor, ya puedes despedirme en paz, porque he visto tu salvación". Después de esto regresaron a Belén
El dolor: la profecía de Simeón, al predecir los sufrimientos de Jesús y María.
La alegría: la predicción de la salvación y gloriosa resurrección de innumerables almas.
Oh Santo fidelísimo, que tuvisteis parte en los misterios de nuestra redención, glorioso San José; aunque la profecía de Simeón acerca de los sufrimientos que debían pasar Jesús y María os causó dolor mortal, sin embargo os llenó también de alegría, anunciándoos al mismo tiempo la salvación y resurrección gloriosa que de ahí se seguiría para un gran número de almas.
Por este dolor y por este gozo conseguidnos ser del número de los que, por los méritos de Jesús y la intercesión de la bienaventurada Virgen María, han de resucitar gloriosamente.
Padrenuestro, Ave y Gloria
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