Jornada esplendoroda la vivida ayer por nuestra Hermandad; desde temprana hora de la mañana los hermanos vivimos un 1 de mayo pleno de ilusiones, tanto el desayuno como el almuerzo ofrecido por los vecinos del barrio fue un hervidero de hermanos que se manifestó también en la Eucaristía preparatoria presidida por nuestro Director Espiritual. Lo más esperado, lo más importante, estaba por llegar.
En un horario tardio como consecuencia de la existencia de la misa parroquial de 7 de la tarde, el Patrón se asomaba a su Isla entre multitud de isleños (algo que no ocurre cuando la procesión se adelanta en horarios) que lo acompañaron hasta la plaza de San José. Quizas estemos ante la salida con mayor número de público de la década que llevabamos procesionando y quizas, también, estemos ante el año en el que la Hermandad ha llevado menos cortejo como consecuencia de la no asistencia de ninguna hermandad de la parroquia por causas que se desconocen o la poca implicación de los propios hermanos a la hora de acompañar al Patrón con un cirio. La Banda de Olivares desplegó su buen hacer y su calidad musical y cofrade con marchas como "San José", "Esperanza Macarena", "San Bernardo" o "Procesión de Semana Santa en Sevilla".
La calle y plaza de San José estaban repletas de público y, nuevamente, la petalada a la entrada en la plaza despertó los aplausos y la emoción; emoción y lágrimas entre nuestras ancianas que llevaban todo un año esperando el encuentro con su protector, que no defraudó a los sones de "Reina de Triana","Madrugá de canela y clavo" o "Macarena".
Desde este punto y tras rendir pleitesia al Santísimo en la capilla de nuestros hermanos de Desamparados, la procesión cambió por completo, el público se redujo por lo avanzado de la hora y el barrio estaba más frio que de constumbre, pero eso no significaba que no se produjeran momentos mágicos como los vividos en San Cristobal y Jorge Juán donde el paso del Bendito Patriarca giraba para saludar a dos vecinos que han tenido un año complicado de salud; nuestro hermano Santiago Muñoz volvía a dedicar versos a San José y "Esperanza de Triana Coronada" y "Palma Coronada" ponían el broche al barrio.
El paso del cortejo por el callejón de la Soledad fue memorable gracias al buen hacer de nuestra cuadrilla, que se mantuvo fiel al sello propio que posee y que no cambiará por nada, y la enorme calidad de la Banda de Olivares con la recordada interpretación hace justo una década, de "La madrugá", a la que le siguió la maravillosa composición "Margot" de Turina.
La entrada, ante escaso público, fue solemne gracias a la interpretación de "Santo Patrón Isleño", culminándose en el interior de la Iglesia con "hossana in excelsis" y el Himno a San José.
El 1 de mayo había acabado y ahora toca el recuerdo de una jornada especial para el josefino que piensa ya que dentro de poco más de un mes, nuevamente podrá soñar con acompañar a Jesús Sacramentado en la procesión del Corpus.
No hay comentarios:
Publicar un comentario