Tras la Santa Misa se procedió a la consagración de los fieles al Bendito Niño y culminaba el besapié al Divino Infante.
Nuestra Mayordomía volvió a esmerarse al presentar un altar digno del Niño Dios, destacando los tonos burdeos en comunión con la túnica de la imagen, precisamente uno de los estrenos de la jornada; realizada en brocado de seda bermellón y oro con sol bordado con el motivo del cordero místico en oro, lentejuelas y plata, donado por un hermano y confeccionado por el vestidor de la Hermandad.
Tras el cierre de la Iglesia, el Bendito Niño retorno a los brazos de su Padre, ataviado un año más a la usanza hebraica. Durante siete semanas hasta la Festividad del 19 de marzo, los josefinos meditaremos sobre los dolores y gozos del Bendito Patriarca para culminar con la Función Solemne de la Solemnidad de San José que este año se celebrará a las 18:30.
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