La primera de las novedades fue un medallón relicario para la manguilla de la Hermandad que lucía la cruz parroquial. El relicario contiene sobre fondo de terciopelo burdeos una medalla de San José.
La segunda novedad también era un medallón pero esta vez para el pertiguero portador del Libro de Reglas de la Hermandad; en este caso, el medallón está realizado en latón en su color y contiene una imagen de nuestro Bendito Patriarca rodeado de una orla rocalla.
Sin duda la gran novedad del cortejo josefino fue la inclusión como apertura del mismo, de las bulas pontificias de Pio VII que nombraban a San José como Patrón de San Fernando en 1802. Las bulas bellamente enmarcadas eran portadas por servidores y escoltadas por faroles antequeranos al ser documentos eclesiásticos y de caracter religioso. En próximos años, la Hermandad realizará trajes apropiados para que los hermanos porten tan importantes e históricos documentos.
La última novedad que presentó la Hermandad era portada por nuestro Bendito Niño; se trataba de dos bellas espigas trigeras de plata de ley, símbolo sacramental del pan, donada por varios hermanos. Desde la primera salida de San José en el Corpus tras su recuperación hace cuatro años, el Divino Infante ha portado en sus manos trigo natural sacramental que este año se ha convertido en una nueva presea argéntea para mayor gloria del Bendito Niño Josefino.
Por último, y aunque no era exactamente una novedad, ya que fue estrenada en el pasado besapie al Bendito Niño, también nuestro Divino Infante era ataviado con la túnica blanca realizada en tisú, malla y bordados decimonónicos, completada con lazada de terciopelo burdeos.
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