Hermandad de San José

lunes, 9 de mayo de 2011

Los Milagros de San José

Tras la festividad del uno de mayo y la no procesión de nuestro titular por razones climatológicas, retomamos una de las secciones de nuestro blog en la que narramos los distintos y numerosos milagros realizados por nuestro Santo Patrón.


En este caso nos detenemos en la ciudad de italiana de Génova donde allá por el año 1830 vivía la hermana María Repetto, integrante del Convento de las Hijas de Nuestra Señora del Refugio.


Siendo de salud precaria, la emplean en la costura; luego pasa a la enfermería, y, finalmente, a la portería. Como portera, manifiesta una gran devoción a san José. A los visitantes les aconseja acudir al esposo de María. Si alguien viene a pedir consejo o ayuda, le dice que espere un momento y va a rezar delante de la imagen de san José en el corredor inmediato. Después de un momento, regresa y da la respuesta adecuada.

Repartía pequeñas medallas e imágenes de San José, lograba sanar poniendo la imagen encima del área afectada mientras oraba. Trabajó desinteresadamente atendiendo enfermos durante las epidemias de cólera de 1835 y 1854.

Los favores conseguidos por María causaron algunos problemas dentro de su comunidad. Era tal el número de personas que se presentaban cada día que esto fue visto como una ruptura de la vida religiosa por algunas de sus hermanas, y durante algún tiempo Sor Maria fue relevada de su posición. Ella creyó que era porque había pecado de alguna manera, y pasó la mayor parte de ese tiempo en oración. Sin embargo, sus superioras revaluaron su decisión, y devolvieron a María a su lugar en la portería.


En una ocasión, una esposa le pide oraciones porque su marido se había quedado ciego. La religiosa le aconseja rezar a San José y luego va a rezar ante la imagen del santo. Al día siguiente, vuelve la mujer y le dice que su esposo había recobrado la vista. La hermana María, gran devota de san José, fue beatificada por el Papa Juan Pablo II en 1998.

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