Una de las fotos más entrañables que guarda el archivo josefino es la del Bendito Niño de San José ataviado por vez primera para la Festividad del Corpus. La Hermandad siempre quiso revindicar y recordar el papel del Patrón en esta Festividad, de la que estaba injustamente apartado, con detalles simples pero elocuentes como el adorno del altar o la vestimenta de las imágenes. En este caso el Bendito Niño era ataviado con una túnica de terciopelo rojo y galones antiguos donada por nuestro hermano Alfonso Berraquero, además de portar dos objetos de clara simbología sacramental, un ramillete de trigo y una custodia. Por fortuna y tras largos años de dificultades, el Patrón San José y su Bendito Infante, vuelven a acompañar a Jesús Sacramentado por las calles de la Isla en lo que es la procesión de las procesiones.
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