Nuestro hermano Alfonso, con la hospitalidad y cariño habitual, recibió a nuestros jóvenes y les ilustró sobre el arte de la escultura religiosa mientras contemplaban su taller de trabajos en su mítica casa de Bonifaz.
Desde estas líneas queremos mostrar nuestro agradecimiento y afecto a Alfonso Berraquero por su recibimiento y su tiempo.
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