UN ROSARIO DE DEVOCIÓN JOSEFINA.
Nuestro Hermano Mayor, D.Juan Manuel Rueda Cebada, nos remite un interesante artículo relacionado con el recientemente publicado libro de nuestro hermano D. Fernando Mósig sobre el Castillo de San Romualdo:
Sirva en primer lugar este artículo para felicitar a nuestro hermano y amigo D. Fernando Mósig Pérez por la extraordinaria obra presentada a finales del pasado año 2010 que ahonda y complementa, todavía más si cabe, sus investigaciones publicadas en torno al baluarte isleño que concentra en sus paredes la esencia de la más primitiva historia de nuestra tierra: El Castillo de la Isla.
En la referida obra, editada bajo el título “El Castillo de San Romualdo. Historia y documentos de un bien cultural de la ciudad de San Fernando (Cádiz)”, como no podía ser de otra forma, por un lado se refleja la permanente devoción al Patriarca San José entre los habitantes de la Isla como pilar de los posteriores acontecimientos que llevarán a venerarlo como Patrón canónico principal. Junto a ello, queda patente el paralelismo devocional entre el fervor al Rosario y la veneración josefina. Mósig Pérez ha conseguido documentar un par de menciones sobre la existencia de un altar de San José en la capilla que la Hermandad de la Virgen del Rosario tenía en la parroquia del Castillo. Según el referido historiador, “(…) estas menciones son de 1753 y 1756, años inmediatamente anteriores a la construcción de la nueva Iglesia Mayor Parroquial.” A lo que añadimos que, entre los años del conocido Maremoto de Lisboa del 1 de noviembre de 1755, sobre el que consta la milagrosa intercesión del Santo Patriarca que libró de sus devastadoras consecuencias a la población del Arsenal carraqueño. Continuando con lo publicado, “(…) el altar josefino fue mandado a construir y costeado por José Tocedo Carballido, coruñés, vecino de la Real Isla de León, según declaró en su testamento otorgado en 1753 poco antes de su muerte. Tres años después, Leonor de Sosa, natural de Guadalcanal (Sevilla) y vecina de la Isla de León, dispuso que tras su fallecimiento se dijeran varias misas por su alma en el altar del Señor San José situado en la iglesia parroquial del Castillo. Sin embargo, no sabemos qué imagen josefina era la que presidía ese altar. (…)”(Mósig Pérez, Fernando. El Castillo de San Romualdo. Historia y documentos de un bien cultural de la ciudad de San Fernando (Cádiz). UCA Servicio de publicaciones. 2010).
Tocedo Carballido, según la obra, era propietario de varios inmuebles cuyas rentas sirvieron para sufragar misas por su alma según declaró en su testamento, situadas en la calle de Jesús (hoy, Juan de Mariana) esquina a la del Rosario, lo cual explica la existencia aún hoy en día de un mosaico de San José en la referida esquina. Curiosamente, el pasado 31 de octubre de 2010, en el itinerario del Rosario de Antorchas extraordinario que llevó a San José a la parroquia de la Divina Pastora, el Santo Patrón pasó bajo el antiguo azulejo antes indicado.
Los acontecimientos derivados del Maremoto de Lisboa antes referido, el Patronato josefino de 1766 y la confirmación de 1800 en el contexto de la epidemia de fiebre amarilla son hechos históricos ya referidos y analizados. Lo que resulta paradójico y destacable es que el devenir de la historia, también acabara situando en el flamante templo parroquial, cuya primera piedra fue colocada el 19 de marzo de 1755, a nuestro titular y Patrón San José en un altar junto al propio de la Virgen del Rosario, a raíz del traslado solicitado por la Hermandad y Esclavitud al Sr. Obispo y autorizado en 1839, ubicación que perdura hasta la actualidad.
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