A las 23:30 en punto se posaban los 4 zancos del paso de nuestro Bendito Patriarca en el presbiterio de la Iglesia Mayor y concluía un 1 de mayo extraordinario y pleno de vivencias en torno a San José.
El calor reinante hacía que la primera parte del recorrido, las más oficial por aquello del aniversario, tuviese menor cantidad de fieles que en los últimos años, algo habitual en los primeros de mayo que coinciden con un sol de justicia y es que, una procesión de gloria joven como la nuestra tiene esas dificultades, el aun desconocimiento de una buena parte de la ciudadanía de la misma y la dependencia de la climatología en determinados momentos del recorrido.
Aun así la Hermandad plantó un cortejo de tintes extraordinarios con la mayor parte de las Asociaciones y Hermandades isleñas con la excepción de 2, además de representaciones civiles como la Academia de San Romualdo, el Colegio de Graduados Sociales, la corporación municipal con el alcalde a la cabeza; militares, con la presencia del Almirante Jefe del Arsenal de la Carraca; y religiosas, como la permanente del Consejo de Hermandades o la presencia del Arcipreste de la Ciudad y de nuestro vicario parroquial, ambos hermanos de la Esclavitud.
En el cortejo propio de la Hermandad, se estrenaba el guión de la Juventud Josefina, tras muchos años de esfuerzo por parte de nuestro Grupo Joven, y las vestimentas de los monaguillos más pequeños, también sufragadas por nuestros jóvenes; formaron también parte del cortejo, las Bulas del Patronazgo, la Reliquia de San Pedro, las antepresidencias integradas por los Hermanos Mayores de las Hermandades Isleñas, la Bandera Corporativa y el Libro de Reglas de la Esclavitud, que antecedía a la presidencia del paso y al cuerpo de acólitos de nuestra Hermandad.
El paso del Bendito Patriarca, adornado con azucenas blancas y claveles por NH Rafael Aragón, era portado por nuestra cuadrilla de hermanos al mando, por vez primera, de NH Juan Carlos Peña, que continuó la línea marcada por los anteriores capataces en el décimo aniversario de la creación de la cuadrilla.
Nuestro Patrón, como indicábamos en un artículo anterior, iba ataviado con su túnica bordada en terciopelo azul, ceñida por fajín militar perteneciente a NH el Almirante Sr.Posadas, y su manto decimonónico también bordado sobre tisú de oro; el Bendito Niño, era ataviado por vez primera el 1 de mayo, con su traje principesco bordado en oro sobre tisú de oro por NH Rafael Rueda, y su levita también bordada en oro sobre tisú celeste y realizada hace varios años por Dolores González bajo diseño de NH Juan Guerrero. Ambas imágenes portaban las mejores preseas de la Hermandad como la medalla de la Ciudad de San Fernando, el Sol de citrino y oro, la S y el clavo de oro blanco y zafiro o un toisón realizado en plata y nacar para realzar el carácter de divino infante de nuestro Bendito Niño.
La Agrupación "Virgen de las Lagrimas" de nuestra ciudad, puso las notas musicales tanto a la cruz arciprestal con manguilla blanca propiedad de nuestra Hermandad, como a las vísperas, con la interpretación de los gozos de San José en distintas plazas significativas del itinerario, utilizando para ello parte de la composición dedicada a nuestro Patrón por Juan Antonio Verdía, San José, y culminando con un magnífico concierto de marchas procesionales en la plaza de la Iglesia. Desde este blog queremos felicitar y agradecer a la Agrupación Musical por su disposición y su profesionalidad para con la Esclavitud de San José.
Tras el paso del Patrón, volvió a brillar con luz propia, la Banda de las Nieves de Olivares, que desgranó, con su particular estilo, un selecto repertorio donde no faltaron marchas de renombre como Margot, Cordero de Dios, Virgen de la O, Virgen de la Estrella o La Sangre y la Gloria; junto a otras más populares y acordes al carácter glorioso de la Hermandad como Mi Amargura, Reina de Triana, A ti Manué o Rocío, amen de las propias de la Hermandad, especialmente Santo Patrón Isleño, que poco a poco se va convirtiendo en una marcha emblema de la corporación.
Momentos emotivos a lo largo del itinerario fueron muchos, pero especialmente nos quedamos con estos, la llegada a la Capilla de la Estrella en el colegio de La Salle, donde esperaba una representación del colegio que tiene por Patrón a San José y de la Hermandad de Cristo Rey, que además montaba para la ocasión un altar con el fundador de las escuelas lasalianas, San Juan Bautista de la Salle. Nuestro paso enfilaba la capilla a los sones de Virgen de la Estrella y tras la oración y la levantá de honor, se marchó a los sones de La Estrella Sublime, en homenaje a la Titular mariana de la querida Hermandad de la Borriquita.
La llegada a la calle San José donde, bajo el mosaico del Patrón que preside la misma, se colocaba una magnífica placa de mármol blanco en la que se mencionaba para la posteridad el aniversario de la Esclavitud, la santificación del Papa Juan Pablo II y el aniversario de su encíclica Redemtoris Custos, dedicada a San José.
Otro momento emotivo de especial calado fue la llegada a la plaza de San José con la tradicional petalada de flores, compuesta este año por más de 5000 claveles blancos que hicieron vibrar a la plaza, ya repleta de fieles una vez que el Sol empezaba a decaer, a los sones de Reina de Triana que se reinterpretaba para que el paso saludase a las ancianas del hospitalito de San José, que un año más agradecían emocionadas el poder ver y tocar las andas de su Patrón. La levantá a pulso en honor de las ancianas a los sones de Mi Amargura, fue recibida con numerosos aplausos de los presentes a un paso que en volandas llegaba a las puertas de la capilla del antiguo Hospital Josefino y que hoy regenta nuestra querida Hermandad de los Desamparados; previamente se había desarrollado la estación menor ante Jesús Sacramentado en la mencionada capilla presidida por el párroco de San Francisco D. Gonzalo Núñez del Castillo, muy ligado a nuestra corporación. Una ofrenda floral al Patrón y la levantá en honor de la parroquia de San Francisco y de la Hermandad de los Desamparados iniciaba la despedida por este año de nuestro Patrón que, a los sones de La Sangre y la Gloria, dedicada a la cofradía sanitaria, marchaba a su barrio con un cortejo más reducido tras la marcha acordada de la mayor parte de las representaciones.
En el barrio se volvía a recobrar el carácter glorioso de la Hermandad y se vivían momentos emotivos en la calle San Cristóbal y, sobre todo, en la calle Jorge Juan, donde la emotiva poesía de NH Santiago Muñoz dedicada a su padre y las voces del coro de la asociación de Mujeres Isleñas, emocionaban a los numerosos fieles que vibraron cuando, a los sones de Coronación, nuestro Grupo Joven, sorprendía a los presentes con una fabulosa petalada de flores blancas.
La bulla que precedía al paso del Patrón continuó ya hasta la entrada, tras el paso por San Vicente de una sóla trepá a los sones de Macarena y el callejón capataz Nicolás Carrillo (otra de las novedades del itinerario) a los clásicos sones de Amarguras dedicados a la Hermandad de los Afligidos en su 75 aniversario y cuyo Hermano Mayor, dio la levantá de honor. Tampoco faltó el giño en la lejanía a la Hermandad de la Macarena de Sevilla en la salida con la interpretación de las marchas Coronación de la Macarena y Aniversario Macareno.
Con casi media hora de adelanto sobre el horario previsto nuestro Patrón enfilaba una plaza de la Iglesia con mucho más fieles que otros años para recogerse a los sones de Santo Patrón Isleño y la Marcha Real. San José era llevado ante el altar mayor con la marcha Margot y depositado en el presbiterio a los sones del Himno a San José para concluir un nuevo 1 de mayo, el número 12 (entre los que se incluyen los dos años en los que el líquido elemento impidió la procesión) en esta joven pero antigua corporación.
Ya sólo queda que hablen las fotos y los videos.
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