Nuestro Patrón se presentaba en su habitual altar de cultos junto al presbiterio estrenando las velas de apuracabos donadas por diferentes hermanos y que permitirán ahorrar a la mayordomía sin deslucir el propio altar y dejar de aportar el simbolismo propio de la luz de las velas fundamental para el culto sagrado católico. San José estaba ataviado con su túnica bordada sobre terciopelo azul y el manto de tisú dorado, mientras , el Bendito Niño lucía túnica bordada en oro sobre tisú dorado.
De los tres días del Triduo, el tercero de ellos siempre tiene una especial significación para los hermanos al estar dedicado especialmente a los difuntos y coincidir con las vísperas de la Función del Voto; nuestra imagen titular se expone durante todo el día en besamanos, el libro de difuntos de la Hermandad se expone tras San José y tras la finalización de la Eucaristía se expone al Santísimo Sacramento, se rezan las primeras vísperas en honor del Patrón y se realiza una solemne procesión claustral con SDM bajo palio hasta la capilla del Sagrario donde se el sacerdote da la bendición a los fieles.
Un año más nuestra Hermandad finalizaba el Triduo en honor de San José y se preparaba para uno de los días más importantes del año, la Función votiva a la milagrosa imagen de nuestro Patrón.
Fotografías: Eduardo Albarrán y Manuel Franzón para Islapasión.
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