Hermandad de San José

jueves, 14 de noviembre de 2013

Una larga etapa (IV)...La Medalla de la Ciudad.

Terminamos este pequeño repaso a las dos legislaturas presididas por Juan Manuel Rueda Cebada con uno de los acontecimientos más importantes vividos en el seno de la reorganizada esclavitud josefina y quizás de toda la historia de la devoción a San José si exceptuamos el milagro del Voto y el patronazgo, la concesión e imposición de la Medalla de la Ciudad a San José.


El año 2009 fue, sin duda, el año de José, a la magnífica noticia de la vuelta de nuestro Patrón al Corpus, se unía la no menos importante noticia de la concesión de la Medalla de la Ciudad de San Fernando a nuestra Hermandad dentro de los fastos organizados por nuestro Ayuntamiento para conmemorar el Bicentenario de las Cortes de Cádiz de 1810. Nuestro Consistorio, presidido por el andalucista Manuel María De Bernardo, reconocía la importante labor de nuestra Hermandad y la importancia de la devoción histórica de San José, que, casi doscientos años después del Voto de la Ciudad, volvía a recibir un reconocimiento de los ciudadanos a los que protegía con su patronazgo.


La Junta de Gobierno preparó un programa conmemorativo que, entre otros actos,  incluía un hermoso cartel pintado, varias conferencias, un original acto de meditaciones ante el Bendito Patriarca e incluso una visita extraordinaria de San José a la parroquia de la Divina Pastora dentro del Rosario de Ánimas que anualmente organiza la Hermandad el 31 de octubre, y que se desarrollaron a lo largo del año 2010 de forma previa al acto de entrega de la Medalla fijada para finales de noviembre y coincidiendo con los cultos del Voto a San José.

Primer besapie al Bendito Niño.
Conferencias.
Rosario de Ánimas a la parroquia de la Pastora.
Meditaciones ante el Señor San José.
Los cultos del Voto se prepararon con el mayor esplendor posible, contando para ello con importantes oradores y con la presencia confirmada del Obispo de la Diócesis para la Función del Voto, además de una extraordinaria presencia musical formada por varios coros y una orquesta de cámara para mayor gloria de Dios y de San José. Por otro lado, estos cultos fueron aprovechados por diversas instituciones e incluso distintos colectivos de la Hermandad, como nuestros hermanos cargadores o los vecinos del barrio, para entregar al Bendito Patriarca diversos obsequios y preseas como muestra de alegría por la concesión de la Medalla de la Ciudad, que fueron felizmente recibidos en el seno de la Junta de Gobierno.

Nuestro anterior Obispo, Antonio Ceballos, en el acto de la entrega de la Medalla.
Entrega de la medalla del barrio a San José
 
Entrega de la Insignia de oro de la Federación de vecinos de San Fernando.
Insignia donada por nuestros Hermanos Cargadores.
Aunque la Junta de Gobierno preparaba y disfrutaba de cada acto organizado para el año, el 2010, no fue un buen año para el Hermano Mayor a nivel personal, pero nuestro Patrón le tenía guardado un privilegio exclusivo e inesperado, ser la persona que colocara en el pecho del Bendito Patriarca la propia Medalla de la Ciudad.


La Medalla de la Ciudad fue concedida a la Hermandad, como fórmula de encaje en los protocolos municipales en lo referente a las distinciones y condecoraciones, aunque todos éramos conscientes de que, en realidad, era la imagen de San José la merecedora de la distinción y la que debía ser depositaria de la misma. En cualquier caso, en el acto civil programado para la entrega de la distinción, el Excelentísimo Señor Alcalde entregaría la Medalla al Hermano Mayor de la Hermandad y éste, con la presencia testimonial de nuestro Prelado Diocesano, D. Antonio Ceballos Atienza, la impondría a nuestra imagen titular. Una vez más, el Bendito Patriarca, con la aquiescencia del Padre Eterno, escribía con renglones torcidos y el Hermano Mayor, que a nivel particular y en privado había manifestado cierta desilusión como consecuencia del cansancio ocasionado por los avatares de la vida, iba a conocer de primera mano la grandeza de San José.


La foto de la imposición de la Medalla de la Ciudad a San José pasará a la historia de nuestra Hermandad, pero también a la personal de Juan Manuel Rueda y, en cierta forma, fue el broche de oro a una larga, dura en muchas ocasiones y provechosa  trayectoria en nuestra corporación. Como mencionábamos en el primero de estos artículos recordatorios, Juan Manuel pasará ahora a desempeñar otra función en el seno de la Junta de Gobierno, pero siendo plenamente consciente de la importancia de su legislatura y de ser un espejo en el que el nuevo Hermano Mayor deba mirarse.


Mañana 15 de noviembre, se acaba una larga etapa pero se inicia otra no menos interesante, esperemos que dentro de cuatro u ocho años podamos volver a escribir estos artículos, buena señal sería y así solicitamos la mediación de nuestro Santo Patrón.

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