En el año 1866, la población de San Luis sufrió una funesta epidemia de cólera que acababa con la vida de 280 personas cada día desde hacía dos meses.
A partir del día en que hicieron la solemne promesa a Dios por medio de San José, se acabaron las muertes en la parroquia, que anteriormente eran alrededor de 25 diarias, sólo en la feligresía.
Ninguna persona de las familias que hicieron el compromiso murió. Esto fue considerado como un milagro. Y cumplieron su promesa. Construyeron un magnífico altar en el presbiterio de la iglesia, el altar principal, que todavía puede verse y que, desde entonces, se llama el altar de las respuestas (a las oraciones). Este milagro fue registrado como un hecho auténtico en los documentos de la parroquia del año 1866, para gloria de San José.
No hay comentarios:
Publicar un comentario