El proceso de canonización de la madre Bonifacia comenzó en Zamora el 8 de junio de 1954, pero fallos en el procedimiento hiciera que no prosperara en Roma y quedará definitivamente varado en 1962. Las religiosas trabajaron intensamente para activar la causa y fue el 9 de noviembre de 2003 cuando el Papa Juan Pablo II beatifica a la religiosa y le asigna el 6 de junio como día festivo. El pasado 27 de marzo de este año, Benedicto XVI autoriza su canonización, tras haberse certificado su mediación en una «curación inexplicable para la ciencia médica», la de un comerciante de 33 años, Kansongo Bavón, al que la medicina había ya desahuciado en un hospital gestionado por las Siervas de San José en el Congo.
La madre Bonifacia pasa así a formar parte del panteón de santos y/o beatos eminentemente josefinos, como el caso de San Leonardo Murialdo (fundador de la Orden de Padres Josefinos), el Siervo de Dios Jose María Villaseca (Fundador de los Misioneros Josefinos), la Beata Madre Petra de San José (Fundadora de la Orden de San José de la Montaña) o la Beata Ana María Javouhey (Fundadoras de la Orden de San José de Cluny).
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