10 días, 10 años

La restauración de nuestra parroquia con motivo de los fastos del Bicentenario de las Cortes de 1810, iba a propiciar un 1 de mayo histórico ya que nuestra Hermandad tuvo que buscar templo para, por un lado, poder continuar celebrando cultos a nuestro Patrón y, por otro lado, poder procesionar ante la imposibilidad de hacerlo desde la Iglesia Mayor. El templo que nos acogió fue San Francisco y desde esta collación realizamos nuestra anual Procesión de Alabanzas a San José, lo que, entre otras cosas, supuso un gran esfuerzo por parte de nuestra cuadrilla de hermanos que, como consecuencia de la altura de la puerta franciscana, hubo de sacar el paso a ruedas para levantarlo a pulso posteriormente.

Ni el paso, ni la imagen de San José presentaban estrenos materiales, salvo el forrado de los respiraderos, siendo la principal novedad de 2010 en el plano musical, la Banda Municipal de Música, como consecuencia de desavenencias con la Fundación de Cultura, era sustituida por la prestigiosa banda sevillana de Nuestra Señora de las Nieves de Olivares, que causó sensación por su calidad cofrade y musical.

A pesar de la lejanía, la procesión, para no perder la esencia del barrio, realizó el itinerario habitual, exectuando el cambio de sede, lo que aumentó el número de horas en la calle y propició momentos únicos como el paso del Patrón por la alameda a los sones de la marcha Margot. Esta exitosa procesión´, calificada cariñosamente por muchos hermanos como de auténtica "romería", conoció también el estreno de una nueva marcha procesional dedicada al Bendito Patriarca y realizada magníficamente por nuestro hermano José Enrique Raposo con la colaboración de José Ribera, Santo Patrón Isleño.

Como anécdota de la jornada destacó la caida de una de las potencias de plata del Bendito Niño tras abandonar la plaza de San José, como consecuencia de la copiosa petalada que año a año recibe a nuestro Patrón; desde ese momento, nuestro Divino Infante, procesionó sin las potencias hasta la llegada a San Francisco.