Hermandad de San José

viernes, 27 de diciembre de 2013

Lo más destacado del año para los josefinos (III)

MAYO:

El mes de mayo siempre se inicia con la gloriosa procesión de alabanzas de nuestro Titular pero suele acabar con los preparativos de la participación de nuestro Patrón en la procesión del Corpus, por tanto, hablamos del mes central en el calendario josefino.


Tras las vísperas narradas en el anterior capítulo, el 1 de mayo se presentaba esplendoroso en cuanto a la climatología y, como desde hace varios años, comienza con el desayuno-convivencia entre los hermanos y los vecinos de la calle San Cristóbal; la calle totalmente engalanada esperaba ya a su vecino más ilustre.

 
Una vez finalizado el desayuno, distintos miembros de la comisión de Caridad y acción social de la Hermandad se trasladaron hasta el albergue de San Vicente de Paul para ofrecer a las hermanas que regentan el local alimentos para los más necesitados.
 
 
El siguiente punto de encuentro de los josefinos se escenifica en la Iglesia Mayor donde el paso del Señor San José ocupa el presbiterio para presidir la Eucaristía preparatoria de la salida procesional. Muchos hermanos se congregan ante las plantas del Patrón y su Cuadrilla de Hermanos Cargadores se encarga de la tradicional ofrenda en forma de flores y de la faja y la almohá.


Tras la Eucaristía, presidida por nuestro Director Espiritual y que contó con la capilla musical del coro "Mujeres Isleñas",  se procedió a la imposición de medallas a aquellos hermanos que lo habían solicitado y a obsequiar a nuestro hermano y capataz Manuel Jesús García de una insignia de oro como homenaje por su nombramiento como pregonero de las Glorias; nuestro hermano también tendría a su cargo la apertura de las puertas de nuestra parroquia para dar paso a la procesión del Patrón.


Otro de las convivencias fraternales que se llevan a cabo en las vísperas de la procesión, se produce en la calle Jorge Juan, donde un año más, los vecinos esperan al Rey de su calle y de sus corazones, con la alegría, además, de ver recuperada a una de las vecinas más querida de la calle tras una enfermedad.


La mañana finalizaba y las horas de espera se hacían eternas. El cortejo de la Hermandad se ponía en la calle pasadas las 7 de la tarde  con la apertura de las puertas y del tiempo de las glorias por parte del pregonero de las mismas en presencia de las principales autoridades de la ciudad; un cortejo que este pasado 1 de mayo se ha cuidado especialmente con la inclusión de distintas autoridades y atributos propios de la Esclavitud.

 
Por vez primera, todos los Hermanos Mayores de las Hermandades de Parroquia y la Priora de la Orden Servita, formaban parte de la presidencia de la Hermandad precedidos de la reliquia de San Pedro Apóstol, titular de la Parroquia.
 
 


Nuestros hermanos de la Hermandad de los Desamparados acompañaron corporativamente a nuestra Hermandad un año más.


La Junta Permanente del Consejo de Hermandades, encabezada por su presidente, también formó parte del cortejo junto a los representantes municipales, encabezados por el Alcalde de la Ciudad. Otras instituciones que también formaron parte del cortejo fueron la Hermandad patronal del Carmen, la Hermandad del Santo Entierro, la Asociación parroquial de San Juan Bautista de Chiclana o los colegios oficiales de ingenieros y de graduados sociales que tienen como Patrón a San José.


Nuestro Patrón, comenzaba a andar por las calles isleñas levantado, por última vez, por Juan Manuel Rueda, que se despedía de la Cuadrilla como Hermano Mayor y escoltado, por vez primera, por la Guardia Civil. La Marcha Real y el Himno a San José magníficamente interpretados por la Banda de las Nieves de Olivares, ponía los compases necesarios para la presentación ante los isleños de San José, que al compas de la marcha El Corpus, encaminaba su paso por calle Real.


Nuestro Patrón lucía sus mejores galas y su paso se completaba con un magnífico exorno floral a base de azucenas y calas en tonos blancos y amarillos, los colores de la bandera pontificia. En un recorrido podríamos decir más oficial, nuestro Titular buscaba la calle San José donde era recibido, un año más con una ofrenda floral en forma de petalada.
 

Ya en la plaza se producía uno de los momentos álgidos de la procesión, el saludo  con la marcha "Mi Amargura, a las ancianas de la residencia de San José", que muy emocionadas despedían al Patrón entre aplausos; el paso se encaminaba con posterioridad a la estación menor ante SDM a saludar a nuestros hermanos de los Desamparados que, con bandera y varas, esperaban a San José.


La plaza de San José suponía el punto final a la presencia de la mayoría de las autoridades que conforman el cortejo josefino, que se encamina a su lado más popular, el barrio. Las calles san Cristóbal y Jorge Juan vibraron con la presencia del Patrón que entraba en la Iglesia Mayor en torno a las 12 y media de la noche. 
 
 
Pocos días después de la procesión del Patrón, se iniciaba el camino hasta la celebración de la procesión del Corpus Christi, donde también nuestra Hermandad tiene un papel importante. Nuestra Junta de Gobierno anunciaba que, para la ocasión, vestiría chaqué. Pero antes de la llegada del Corpus, nuestra parroquia celebraba, un año más, la procesión de enfermos e impedidos por las calles del barrio; nuestra Hermandad participa activamente cediendo enseres y acompañando a SDM corporativamente.



El lunes 13 de mayo, la Hermandad del Rocío se despedía en su anual camino a la aldea almonteña de nuestro Patrón.


Durante el mes de mayo, nuestra Junta de Gobierno anunciaba la participación de la Hermandad en varios actos, como la procesión de Santa Elena, la participación en la Jura de Bandera Civil que se iba a desarrollar en las vísperas del Corpus, el montaje por segundo año consecutivo de un altar en la Festividad del Corpus y la creación, por parte de la Cuadrilla de Hermanos, de un ensayo solidario con el que recoger alimentos para los más necesitados.


El 30 de mayo, tenía lugar el traslado del paso del Patrón y nuestro Titular quedaba entronizado de nuevo, justo un mes después de su procesión del 1 de mayo. San José lucía su túnica, capa y lazada  bordada en oro, mientras que el Bendito Niño, estrenaba nuevo traje bordado en oro y sedas con motivo sacramentales.


Mayo finalizaba con olor a romero dando paso a un junio que vivirá nuevos acontecientos para la Hermandad.

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