Hermandad de San José

lunes, 5 de noviembre de 2012

Procesiones extraordinarias del Patrón (parte II)

Continuamos con la transcripción del artículo publicado por el historiador isleño Fernando Mósig Pérez en el boletín de la Hermandad "Santo Patrón" titulado "Del vómito negro al piojo verde: algunos datos históricos sobre cultos y procesiones extraordinarias de San José".



4) La imagen del Santo Patrón salió con relativa regularidad integrada en el solemne cortejo del Corpus Christi durante el último cuarto del siglo XIX y el primer tercio del XX, es decir durante la época conocida por la historiografía como la Restauración (1875-1931). No era la única imagen, por cierto, que salía en la procesión eucarística, pues también solían hacerlo las de la Virgen del Carmen, la Divina Pastora, los Santos Mártires Servando y Germán, el Corazón de Jesús, la Inmaculada Concepción, etc. El Corpus isleño de esta época romántica se caracaterizó verdaderamente, como el de otras ciudades españolas (piénsese en Sevilla, Granada, Toledo), por ser "multi-icónico".


La devoción josefina local estuvo canalizada en ese período histórico a través de la Asociación Josefina, fundada en la Iglesia Mayor Parroquial en 1885. En realidad, la Asociación no tenía entre sus específicos fines ninguna salida procesional, pero prestaba su colaboración a la hora de organizar el cortejo eucarístico-josefino. Para estas salidas procesionales en el Corpus Christi, la Asociación poseía un paso de madera, pintado de esmalte blanco con molduras doradas, iluminado con sencillos guardabrisas en las esquinas y en la peana donde iba colocada la venerada imagen. Para conducir este paso existían dos varas de madera pintada de esmalte blanco, con sus almohadillas correspondientes. La Asociación no tenía por entonces más insignias que un modesto guión de terciopelo negro que tenía un marco ovalado con una "lámina" del santo patriarca, con asta y cruz de madera.

Sin embargo, sabemos que el deterioro, incluso la falta de enseres, obligaron a suspender la salida de san José en el Corpus de 1924. Así que, para revitalizar la devoción local al Patrón, la solícita Asociación se impuso como objetivo mejorar su magro patrimonio, tratando de conseguir un manto digno y unas andas nuevas a fin de que la imagen pudiera ser expuesta decorosamente a la veneración pública. Este asunto fue uno de los que más huellas ha dejado en los documentos históricos consultados sobre la Asociación Josefina. Véamoslo por curiosidad con cierto detenemiento.

El director de la Asociación, padre Rodríguez Montero, acudió a la Corporación Municipal en 1925 en busca de ayuda económica, obteniendo una pequeña subvención. Pero más hicieron la campaña de la prensa, las suscripciones populares y la postulación domiciliaria llevada a cabo por los socios josefinos.

Como decimos, hasta la prensa local de la época se hizo eco del asunto y se publicaron varios artículos al respecto entre los años 1922 y 1925. El doctor D. Manuel Pece Casas, eminente cofrade y colaborador de la prensa isleña, se había quejado, con motivo del Corpus de 1922, de que la imagen del padre putativo del Señor "es conducido en pobres andas, falto de exorno y de todo arte" y de que "es conducido a hombros de hombres de estatura desigual, formando un lamentable espectáculo". Igualmente había censurado "el inícuo abandono" en que los isleños tenían al Patrón de la Ciudad y la irreverencia que sería exponerlo a la veneración pública en su deprorable estado. Propuso en desagravio la original idea, muy acorde con la doctrina social de la Iglesia Católica entonces tan en boga, de que se colocaran cepillos en los talleres de la ciudad para que fueran los propios obreros isleños los que contribuyeran con su óbolo a dignificar la imagen del que era el patrón de los obreros.

Por otro lado, una lista de suscriptores "para las andas y vestidos del Patriarca San José" comenzó a ser publicada en la prensa local en septiembre de 1924. En la primera lista, las cantidades donadas iban desde las 35 pesetas a los 20 céntimos, hasta alcanzarse un primer total de 384´70 pesetas. Encabezaba esta primera lista la generosa familia Gutiérrez González, seguida de apellidos tan conocidos de la localidad y de la Armada como Chereguini (30 pts), Ruiz Marcet (25 pts), Cristelly (25 pts), Pece Casas (5 pts), Caramé (5 pts), el doctor y futuro historiador local Clavijo (5 pts), el ex acalde Vázquez Delgado (25 pts), y otros muchos apellidos isleños como Álías, Canales, Garófano, González de la Torre, Valle, etc

También hay firmas comerciales donantes, como "Bazar Iris" (5 pts) o "Domínguez y Cía." (5 pts). Y personas que prefirieron mantenerse anónimas, como "un isleño amante del santo" (25 pts), o varias "devotas". Estas listas de suscriptores continuaron durante los meses siguientes.

Además de estas suscripciones, el manto se pudo costear con el producto de una entusiasta postulación domiciliaria. Estuvo realizado y se estrenó en los cultos de noviembre de 1925. Era un manto de tisú confeccionado y bordado por la señora Marina Gatica Rumazo, devota camarista de la imagen y esposa de D. Manuel Baturone Belando, comisario (teniente coronel) de Administración Naval. La pieza textil fue calificada como "verdadera obra de arte".

La autora, como "una consumada artista en el bordado" que había puesto de manifiesto "la fe y entusiasmo que siente por el bendito Patriarca".


La imagen del esposo de la Virgen María volvió a salir por fin con el nuevo manto y en unas nuevas andas en el Corpus Christi de 1926. La prensa local lo celebró así: "Una verdadera satisfacción hemos experimentado los devotos de nuestro Santo Patrono al contemplar ayer en la procesión del Corpus la venerada efigie en sus nuevas andas y con la hermosa túnica que estrenaba. ¡Tiempo era ya de que, cuando se presentara a la adoración en público de sus numerosos fieles, la sacrosanta imagen no deprimiera el ánimo con el aspecto de extremada pobreza que antes tenía" (sic).

Continuará...

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